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Graduados en Derecho demandan a sus universidades por no encontrar trabajo

Opinión: SI esto sucede en otras universidades del mundo, POR QUE EN COLOMBIA NO? POR QUE A UD SEÑOR ESTUDIANTE NO LE PUEDE PASAR?

Yo le tengo una solucion..

Han emprendido una acción legal conjunta contra 20 universidades por haberles creado falsas expectativas laborales con datos engañosos


A Cory Bennett, licenciada en derecho por la University of San Francisco School of Law, nunca se le pasó por la cabeza que, tras las muchas horas invertidas en prepararse para ejercer de futura abogada y los más de 150.000 dólares invertidos en la carrera, acabaría aterrizando en Macy’s, con un sueldo de menos de diez dólares la hora.
Su historia es parecida a la de miles de licenciados de Derecho en las universidades de Estados Unidos que cada año apuestan por estudiar leyes en facultades de gran prestigio. Estas atraen a sus clientes barajando datos muy atractivos de empleabilidad, con cifras de hasta por encima del noventa por ciento en cuanto al número de graduados que han conseguido integrarse en el mercado de trabajo. Un espejismo que en muchos casos contrasta con la dura realidad de un mercado saturado de abogados y la fuerte competencia de internet.
Los recién licenciados, tras meses de infructuosa búsqueda de trabajo en su campo de especialidad, se ven obligados a tener que aceptar el primer empleo que encuentran en restaurantes, tiendas o lo que sale al paso. Intentan, entre otras cosas, hacer frente a los costosos préstamos que han de devolver a los bancos que han financiado sus estudios, muchas veces por valor de más de 100.000 dólares.
“Doblar camisas en Macy’s es el destino para muchos”, asegura el abogado J.R Parker, representante de varios afectados en California. Cómo van a lograr devolver los préstamos con sueldos de hasta menos de 10 dólares a la hora es la pregunta que ronda en la cabeza de muchos.
La situación se ha hecho tan insostenible que estudiantes de más de veinte universidades de Estados Unidos han emprendido una acción judicial conjunta contra sus facultades. Entienden, en palabras del equipo de abogados Strauss y Anziska que lleva el caso, que “las escuelas han violado las leyes de protección del consumidor de los estados en los que operan, ofreciendo datos engañosas sobre los porcentajes de estudiantes que encontraron trabajo tras graduarse. Los demandantes alegan que sus centros conocían que esas cifras no eran reales, pero las mantuvieron para atraer a más estudiantes. De haber conocido la realidad, muchos aspirantes no se habrían matriculado”.
“Doblar camisas en Macy’s es el destino para muchos”
En California, donde las leyes de consumo son más estrictas que en otros estados, se han admitido las cinco demandas presentadas contra las universidades de San Francisco’s Golden Gate University,SouthwesternSan Diego’s Thomas JeffersonUniversity of San Francisco y California Western School of Low. Estudiar en cada una de estas universidades cuesta una media de 40.000 dólares al año.
Si prosperan las demandas se podría crear un precedente, no solo para California, sino para el resto de los estados. Strauss y Anziska explican que “ el propósito es no solo compensar a los demandantes, sino también cambiar la manera en que las facultades de derecho operan, para que nadie sienta que le han engañado y han frustrado sus expectativas de encontrar un trabajo acorde con sus estudios”.
Las estadísticas de empleabilidad que manejan las universidades están basadas en los criterios de la American Bar Association (ABA), la asociación americana de abogados. Si bien es cierto que esos criterios se han modificado recientemente, tras la demanda presentada por las universidades. El cambio significa que las cifras de empleabilidad son ahora menos atractivas que tiempo atrás.
Michael C. Sullivan, un abogado que representa a las facultades, manifiesta que “las universidades publican los mismos datos que son requeridos por la ABA, aunque debido a que las pautas de actuación han cambiado, ahora los centros deben desglosar el numero de licenciados que han conseguido trabajo en su campo de especialización”.
Y la realidad es que cada vez resulta más difícil para los licenciados en derecho obtener un trabajo. Servicios online y avanzados programas de software suplen la contratación de graduados en derecho con un menor coste y en menos tiempo. Un estudio llevado a cabo en el 2011 entre los estudiantes de derecho arrojó el resultado de que sólo el 55 por ciento de los graduados encontraron trabajo en el campo de las leyes nueve meses después de graduarse. Y en el 2004 había 50.0000 empleos más que en el 2010.
La escasez de empleos se esta traduciendo también en la reducción de estudiantes en las facultades de derecho. Algunos expertos creen que las universidades que ocupan las últimas posiciones dentro del ranking de las mejores facultades de derecho corren el riesgo de desaparecer y que, incluso las mejores, se van a ver obligadas a reducir el numero de alumnos por clase.
La polémica está servida y no ha hecho más que empezar. Ahora habrá que esperar a ver que dictaminan los tribunales.

http://www.youtube.com/watch?v=L7Rfw1fv3xw Comparto el link del vídeo "Que fue lo que se aprobó en la nueva reforma a la salud?"..Donde se muestra como en promedio actualmente los médicos obtienen ingresos iguales que hace diez años, aunque deben trabajar mas, con mayor presión y en muchas ocasiones yendo en contra de sus principios y valores, todo por mantener un sueldo "seguro", el cual a la gran mayoría no les permite obtener una calidad de vida como quisieran. (muchos médicos, no solo generales, están en busca de ingresos extras, lo que es buen síntoma de no conformismo, no estar dispuestos a depender de una sola entrada de dinero y aun mejor no dejar sus vidas y las de sus familias en manos del gobierno) 



El paso a paso de los negocios multinivel


Tres historias de personas que decidieron dedicar su vida a la venta directa, un negocio que en el 2012 reportó ventas por 166.876 millones de dólares en el mundo y 2.993 millones en Colombia.

Hace 15 años, la primera vez que Miguel Rodríguez asistió a una reunión de Amway, pensó: “Es un montón de gente loca”.
Recuerda, con una carcajada, que “todo el mundo aplaudía, estaban todos contentos y dije: ‘si están contentos es porque están fumando algo, no es normal que la gente esté alegre’”.
Para rematar, alguien dijo que la ingeniería, precisamente lo que él quería estudiar, no servía para nada.
Pasado un largo tiempo, luego de haber estudiado no una sino dos ingenierías, volvió a tener contacto con Amway gracias a los padres de su esposa, dos profesores que comenzaron a desarrollar ese negocio antes de pensionarse.
“En un año o dos obtuvieron una pensión igual a la que lograron por 30 años trabajando”, dice.
Sin embargo, su vínculo real con la marca comenzó hace seis años, cuando empezó a comprar los productos de limpieza para el hogar. Amway –contracción de ‘American Way’-, nació en 1959 y fue pionera en el modelo de negocio de venta directa y de multinivel. Según Miguel Francisco Arismendi, presidente de la Asociación Colombiana de Venta Directa (Acovedi), el año pasado Amway “reportó ventas mundiales récord por 11.300 millones de dólares”.
En el 2012 y después de haber pasado por muchos empleos, Miguel y su esposa tomaron la decisión de dedicarse de lleno a Amway.
“Empezamos en serio en junio del año pasado y en 4 meses logramos el ingreso que teníamos trabajando como empleados, de 2 a 2 millones y medio en promedio”, asegura.
Generalmente, quienes deciden emprender este tipo de negocio comienzan siendo consumidores.
Juan Camilo Rozo, por ejemplo, tiene 31 años y consume los productos de Herbalife todos los días desde hace ocho. Primero porque sufría de gastritis y luego para aumentar su masa muscular.
“Utilizamos nuestro propio testimonio para mostrar que funciona”, afirma Rozo, al tiempo que muestra las fotos de varios de los usuarios de su Club de Nutrición Herbalife. Hace un año decidió dedicarse de lleno al negocio y actualmente, asegura, el club es autosostenible y él gana entre 2 y 3 millones de pesos mensuales. Unas 30 personas asisten diariamente para recibir el programa nutricional básico: un batido, un té y un concentrado de sábila.
Este ‘combo’, que reemplaza una comida, cuesta 6.000 pesos.
Según Carlos López, Director General Herbalife Colombia, “en el 2012 la compañía vendió más de 6.400 millones de dólares a nivel mundial, reportando un crecimiento del 20% con respecto al 2011”. Su más reciente reporte muestra que América del Sur y Central es la región en donde más crecen; en el segundo trimestre del 2013 las ventas fueron de 222,6 millones de dólares, un aumento del 33% con respecto al mismo periodo del año pasado.
Tanto Amway como Herbalife, la primera con 54 años de fundada y la segunda con 33, se clasifican bajo la denominación de venta directa, ya que su modelo de negocio busca eliminar los intermediarios en la cadena de distribución. Como lo explica el presidente de Acovedi, dentro del sector de venta directa existen dos subclasificaciones: la venta directa plana y la de multinivel o mercadeo en red.
En la primera, “las personas que desarrollan la actividad ganan ingresos por comprar a un precio en calidad de distribuidores y vender a otro precio a sus clientes finales” y en la segunda, además de percibir ingresos por la distribución también pueden obtener otros “por los resultados o la productividad y desarrollo de grupos o redes”.
NI TIEMPO LIBRE NI TRABAJO EN CASA
En agosto, Sandra Soto cumple 4 años trabajando con Nikken, una empresa de venta directa y mercadeo en red que nació en Japón en 1975. Hoy gana entre 8 y 10 millones de pesos mensuales, pero su incursión en este negocio por poco la lleva a la quiebra.
“Los negocios de redes de mercadeo tienen dos trampas. Una es la administración del tiempo y la segunda es el autocontrol”, afirma esta empresaria.
“Cuando a ti te venden estos negocios te dicen: maneje su tiempo y disfrute de su tiempo libre. Pero si quieres un negocio exitoso, tienes que trabajar como cualquier empresario en este país.
La diferencia es que aquí no asumimos una cantidad de costos y variables que asume una empresa”, asegura.
La otra gran trampa tiene que ver con la mentalidad del empleado: “Cuando eres empleada debes cumplir con unas tareas que te asignan, a principios de mes, de semana, de año… aquí las metas son tuyas, entonces tu realmente te autosaboteas”.
Miguel coincide y asegura que la raíz del problema es la educación: “Con 100.000 pesos o un millón se puede empezar el negocio, no hay nada que perder y por eso la gente no se atreve o no prospera.
Como no hay nada que perder, no pasa nada si yo mañana me levanto y no quiero hacer nada. Yo me di cuenta de que estaba más educado para hacer cuando perdía algo que cuando ganaba algo”.
La única fórmula mágica, como en cualquier negocio, es esforzarse: “Cuando tu atiendes todos los frentes, todos los meses, tu negocio siempre tiene una tendencia al crecimiento”, cuenta Sandra.
Según esta empresaria de Nikken, sus perspectivas actuales habrían resultado un imposible con su antiguo empleo: “En 13 años el salario en el cargo que yo tenía no iba a llegar a 10 millones de pesos, mientras que con mi proyección en Nikken puedo llegar a 70 millones”, afirma.
Sin embargo, no todo el mundo triunfa en este negocio.
Patricia Tello entró a Yanbal atraída por la idea de trabajar desde la casa, pero se dio cuenta de que eso era mentira: “Hay que salir a vender o a conseguir gente”.
Admite que “es muy de la casa” y esa fue una de las razones por las que desistió, pero afirma que el negocio no siempre tiende a crecer: “A la persona que me afilió le iba muy bien, llegó a ‘Estrellita Roja’, pero su red comenzó a decaer. Cuando afiliaba a dos, se retiraba una”.
Marta Cárdenas, también ama de casa, estuvo unos meses vinculada a la empresa multinivel Fajas Ardyss y se aburrió de recibir un no por respuesta siempre que intentaba vincular a alguien más. No obstante, reconoce que no fue persistente: “Una clave es la necesidad, y la otra es la perseverancia”.
EL MITO DE LA PIRÁMIDE
Con algunas diferencias -dependiendo de la empresa-, quienes emprenden el negocio multinivel ganan cuando consumen los productos, cuando los venden y cuando ayudan a otros a vender. El hecho de que vendan algo tangible los diferencia de los esquemas piramidales. En las pirámides, las ganancias provienen del reclutamiento de personas y en esa medida, el que más gana es el que está en la punta.
Pero en algún punto se agotan las entradas y la pirámide colapsa. En el multinivel, se trata de un trabajo en equipo: “Si alguien gana yo gano, si no gana yo no gano. Por eso hay que aprender y luego enseñar”, dice Miguel.
En el mundo hay casi 90 millones de personas que le están apostando a este negocio como forma de vida, según datos de la Federación Mundial de Ventas Directas.
De acuerdo con esta organización, en el 2012 las ganancias reportadas a nivel global fueron de 166.876 millones de dólares, lo que representa un incremento del 5,4% con respecto al 2011. En Colombia, tercer mercado de Latinoamérica después de Brasil y México, fueron de 2.993 millones de dólares.




¿Por qué los colombianos leen tan poco? 


OPINIÓNSegún un estudio realizado por Colciencias, los estudiantes universitarios colombianos no leen bien, escriben mal y comprenden, por supuesto, escasamente lo que leen.

Para un país que sueña con alcanzar la paz, resulta sumamente grave que los espacios que pierden las bibliotecas los estén ganando las cantinas. Mientras que los índices en la venta de libros disminuyen en todo el territorio nacional y las visitas a las librerías vienen 

Sufriendo fracturas, las embotelladoras de bebidas alcohólicas han duplicado en los últimos años la venta de sus productos. Según una nota del 4 de septiembre del 2012 publicada en Portafolio, “Bavaria reportó […] durante la reunión de accionistas, ventas netas consolidadas en el primer semestre del año por 2,25 billones de pesos, con un aumento de 8,4 % respecto a igual periodo del 2011, cuando totalizaron 2,07 billones de pesos”.

Pocos meses antes de que Bavaria diera su parte de victoria, el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe divulgó un informe nada alentador para los escritores del país ni mucho menos para el negocio editorial: el 67 % de los colombianos no lee y dos de cada 10 compran 1.6 libros por año a pesar de que la Cámara Colombiana del Libro invierte alrededor de 2.500 millones de pesos para promover e incentivar la lectura, según lo expresado por su presidente Enrique González Villa. No obstante, para el Ministerio de Cultura la cifra para el presente año es alentadora, pues pasamos de consumir 1.6 libros al año a 1.9.

Las razones por las cuáles en Colombia no existe el hábito por la lectura, como si se viene dando en países de la región como Brasil, Argentina y, en menor proporción pero con tendencias a la alza, como Chile y Ecuador, son múltiples y variadas. Algunos estudiosos del tema le atribuyen el fenómeno al elevado costo de los libros, que en los últimos años se ha disparado ostensiblemente y el salario del colombiano promedio no alcanza siquiera para satisfacer las necesidades que representa la canasta básica familiar.

La apuesta por el avance de las nuevas forma de comunicación ha sido para algunos el palito en la rueda de esta lucha. La masificación del computador, como lo asegura el novelista Óscar Collazos en uno de sus artículos de opinión, en vez de solucionar el problema “fue la circunstancia tecnológica que lo agravó”, pues la puesta en escena de programas que corrigen los errores ortográficos ha llevado a los estudiantes de hoy a tirar por la ventana la normatividad que regula la escritura. De ahí que no tengan idea de dónde empieza ni dónde termina una oración, dónde va el punto ni mucho menos la coma o, en el peor de los casos, cuáles palabras se les marca la tilde y cuáles no.

El internet, sin duda, le dio sus puntadas al problema. Y Wikipedia, al igual muchas otras enciclopedias virtuales y numerosos portales, contribuyeron a crear nuevas aristas de un mal que ha cobrado muchas víctimas y que hoy se  ha constituido en una peste que las universidades del país intentan contrarrestar con cursos regulares de formación escritural. 

Si es cierto que tanto la lectura como la escritura son dos procesos diferentes, también es cierto que ambos conforman ese río que desembocará en la creación de textos, tanto académicos como literarios. Pero a la falta de herramientas conceptuales y teóricas que les permitan a los estudiantes enfrentar sin temor la hoja en blanco, su instinto de supervivencia, producto de las malas prácticas académicas y la viveza indígena, los ha llevado a cruzar la línea de la ética sin importarles violar los derechos de autor y entrar en el deshonesto y peligroso terreno del plagio, dándole vida a la popular corriente del ‘copia y pega’.

Para algunos profesores de la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá, el principal problema que enfrentan los estudiantes que ingresan a las aulas universitarias es la carencia de las competencias lingüísticas necesarias para comprender un texto académico y reproducirlo, tanto en su aspecto oral como escritural. Para otros, las razones del por qué esto se presenta radica en la baja formación y la poca importancia que se le da al problema en la secundaria, pues los docentes  en general terminan dándole más importancia a lo que se dice y no al cómo se dice.

Para los menos optimistas, el problema es sumamente grave en todos los aspectos de la educación superior del país, ya que, como se desprende de un informe publicado por el diario El Tiempo, resultado de un estudio realizado por Colciencias y las universidades Javeriana y del Valle, los estudiantes universitarios colombianos no leen bien, escriben  mal y comprenden, por supuesto, escasamente lo que leen. Por otro lado, los artículos científicos y periodísticos, los informes de investigación y los textos de literatura no hacen parte de ese abanico de prioridades que deben cristalizar las bases de su formación académica como futuros profesionales. La conclusión es aterradora: el 82 % de nuestros estudiantes universitario sólo tienen como lecturas prioritarias los apuntes de clase. Es decir, aquellos que consignan en sus libretas de las distintas asignaturas que reciben.

Particularmente, creo que el problema que presenta la educación colombiana en este aspecto es mucho más complejo y profundo de lo que a simple vista parece. No olvidemos que Colombia es un país con una extensa tradición oral, que a lo largo de estos dos últimos siglos fue la base de nuestro aprendizaje, que nuestra cultura no tiene sus puntales en la letra impresa sino en la palabra articulada, y que sólo hasta ahora empezamos a salir de ese letargo de analfabetismo que nos ha tenido amarrados a la tradición de nuestros ancestros. De ahí quizá la afirmación de Jorge Orlando Melo en su artículo publicado en la revista El Malpensante donde afirma que “el 90 % de los colombianos siguen siendo funcionalmente analfabetas”.
Lo anterior se da porque “mientras [que] en Europa una gran parte de la población se había acostumbrado a usar el libro para educarse, informarse o divertirse, y al llegar los medios audiovisuales pudo conservar buena parte de sus hábitos de lectura, en Colombia la gente se acostumbró a informarse y divertirse mediante el radio o el televisor, sin que se desarrollaran la infraestructura cultural y los hábitos de uso del tiempo libre ligados al libro”.

Las reacciones que se produjeron en los medios de comunicación y en las redes sociales por la renuncia en el 2011 del profesor Camilo Jiménez de su cátedra de periodismo en la Javeriana, supuestamente porque sus estudiantes no pudieron redactar con eficacia un resumen, abrió un profundo debate sobre la enseñanza en Colombia y dejó claro que las ciencias humanas siguen siendo el patito feo del proceso educativo. Quizá eso explique lo que Jorge Orlando Melo califica, en otras palabras, de alfabetización a medias de nuestros educandos y nos dé una respuesta del por qué en el pénsum académico dejó de ser importante conocer la historia del país.

*Docente universitario. 









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